Vecinos de Punta Mogotes rechazan construcción de torres

Tal como reveló 0223.com.ar, la Cámara de Empresarios de Punta Mogotes y Zona Sur reclamó mediante una nota presentada ante el Concejo Deliberante que “se permita la altura de los edificios que sea necesaria para que cierre la ecuación económica financiera de las empresas que los construyan” en la franja costera en ese sector del Partido de General Pueyrredon. El pedido despertó el repudio de los vecinos.

Jorge Tesan, vecino de Punta Mogotes, afirmó que “lejos de las convocatorias que vecinos de otros barrios han realizado en defensa de sus formas de vida, un grupo de autodenominados ‘empresarios’ de Punta Mogotes y Zona Sur, que deberían agradecer sus tantos años de prosperidad en la zona a la propia característica identitaria del barrio, piden que se lo deforme mediante la construcción de ‘una oferta habitacional de calidad’, con lo cual, además, incurren en el desprecio hacia el lugar y sus habitantes, de los que tanto beneficio han obtenido. No se entiende y da vergüenza observar exigencias de este tipo por parte de martilleros cuyos locales mas bien parecen concesionarias de 4x4, Mini Coopers, cuatriciclos y lanchas que se apiñan en las veredas demostrando obscenamente la riqueza de sus propietarios, que aún quieren más. ¿Puede haber tanto desamor por el propio lugar, como para organizarse en contra del mismo? ¿O son los personeros de otros intereses?”.

En un texto enviado a la redacción de 0223.com.ar, el vecino remarcó: “Este grupo de figurettis es aquel que en febrero pasado promocionó una reunión con el Presidente del Concejo Deliberante en la que pidieron lo que creen el progreso para Punta Mogotes, pasando por encima de las instituciones naturales del barrio como la Sociedad de Fomento, que por nota ante el HCD se ha opuesto a la construcción en altura y ha apoyado el proyecto que prevé transformar a todo el barrio en R7, integrándolo en una unidad ambiental con la Reserva y el Bosque de Peralta Ramos, dejando la costa para generar allí, un corredor cultural mucho más beneficioso para el conjunto de la sociedad marplatense en lugar de para unos pocos ‘desarrolladores’ inmobiliarios que, contra toda lógica, se quedarían con las vistas al mar que son de todos, afectando la provisión de servicios, la identidad del barrio, que tanto desveló al Intendente cuando corría peligro el barrio propio, la intimidad de las casas linderas y su consiguiente desvalorización, a no ser que sean vendidas para los mismos fines”.

“Personajes de la talla de Xavier Marcone, Fernando Carobino, Norberto Cánepa, que ni siquiera pertenecen al barrio, junto al mismísimo presidente de la Asociación de Fomento ¡del Puerto!, que obviamente, tampoco es de Punta Mogotes, se han conjurado para definir nuestro futuro descalificando a los que lo habitamos, y tienen el descaro de criticar la supuesta ‘poca representatividad’ de tantos vecinos que realmente caminamos estas calles todos los días y merecemos respeto hacia nuestra forma de vida y a la inversión que hemos realizado en nuestras viviendas. Peor aún: lo que ellos llaman ‘alguna organización sin representatividad alguna’, más allá de la mala redacción, debe incluir a la misma Sociedad de Fomento que en su momento se opuso al shopping en la Cantera en respuesta a los pedidos de un considerable número de genuinos comerciantes y vecinos”, añadió.

Además, agregó: “Más aún, esta llamada ‘cámara’ le ha pedido a la Municipalidad que les sea donado un predio costero propiedad del municipio para edificar su sede ¿no estarán buscando cambiar las normas para generar un beneficio inmobiliario con la sede en planta baja y veinte pisos más arriba?. Porque ya que consideran que ‘los espacios costeros deben ser la locomotora que arrastre un renacimiento turístico de la zona destinándolos a la construcción de edificios de alta calidad con prestaciones generosas en amenities y estacionamientos’, más allá de que no quiero formar parte de ese tren, me pregunto porqué hay que establecer un renacimiento de algo que no murió, sino mutó a formas que muchos de estos comerciantes nunca han percibido. Cobrar cifras exageradas también espanta al turismo. No renovar la oferta comercial hace que simplemente se vaya a comprar a otro lado, como también no aceptar tarjetas de débito o de crédito cuando en auto se tarda cinco minutos hasta donde sí las aceptan, o cerrar cuatro horas para dormir la siesta, o no entregar la correspondiente factura, o tener empleados en negro, o pretender por el alquiler de un local la misma cifra que en barrios mucho mas prósperos. No se preocupa este rejunte porque el barrio tenga una verdadera sala de salud, porque se construyan nuevas escuelas, ya que las que hay, con la cantidad de habitantes que hoy tenemos, no dan abasto”.

Y puntualizó: “Sólo los edificios, y la ignorante avaricia que los hace afirmar que el dichoso cono de sombra nunca llegará a las playas, pero sin pensar que cubrirá las áreas de las lagunas y la Reserva, protegidas por sendas ordenanzas. ¿Tenemos que arruinar, también, uno de los espacios verdes más concurridos durante los fines de semana por los marplatenses de este y otros barrios? Por supuesto, ni mencionan el daño que ese cono de sombra provocaría a las propiedades que queden detrás del mismo. Y si fuera cierto que los turistas no alquilan en Punta Mogotes, aunque concurran a sus playas, tal vez se deba a la inoperancia de los martilleros de la zona que disfrazan su impericia en la necesidad de arruinar la identidad del barrio. Porque de hecho parecen ignorar que en Mogotes, el valor patrimonial y arquitectónico es el barrio mismo, y bueno sería que se cuide y creciera de acuerdo a los parámetros que lo han originado: casas bajas, espacios verdes, tranquilidad. Es lo que cientos de vecinos pedimos. Hay muchos otros barrios para quienes no quieran estas características”.

A renglón seguido, destacó: “No es cierto que haya dos barrios, el costero y el del interior, porque así como ahora se exige un cambio en las normas para poder edificar en altura en la costa, ni bien los espacios costeros se agoten, van a salir a demandar, con los mismos pobres argumentos, que se pueda construir en el interior del barrio. El ámbito de la construcción ha estado recibiendo durante diez años un adelanto de sueldos representado en la excepción de poder edificar un 30 % más, que algún día deben empezar a compensar ganando durante la misma cantidad de años un 30% menos. Y con respecto a la generación de trabajo, permítanme dudarlo: hoy en día, la mayoría de los comercios del barrio se agrupan en las zonas R3 y C2, que son las costeras y, digamos, pericosteras, porque en los distritos R7 no puede haber comercios”.

“Si se construyen ‘edificios destinados a un público de buen poder adquisitivo’, que seguramente no querrán una verdulería en su planta baja, en esos distritos, los comercios serán desplazados. La pregunta es entonces ¿hacia dónde? También es hora de dejar de faltar el respeto a los vecinos de Punta Mogotes, que siempre resultamos no ser de categoría y el buen poder adquisitivo es considerado una virtud moral. Tal vez sea ese conjunto de pequeños comerciantes que se reputan 'empresarios' los que no merecen el barrio que tenemos. Por donde pasan las palabras ‘privilegio’, ‘incentivo’, ‘excepciones’, etc. hay un derecho que se le recorta a otros y es básicamente una idea incompatible con la de democracia”, finalizó el vecino.

AUTOR / FUENTE: Carlos Walker